Cuando pienso en tu voz y en tu mente
hay cosquillas que endulzan sonrisas,
abres puertas curiosas, preguntas...
singular sensación de caricias.
Es impulso de escapar sin prisa
al encanto de argumentaciones,
detener un caudal de emociones
que generas en forma propicia.
Expresión de gravedades suaves,
un sinfín de lecturas e ideas,
seducciones de imaginaciones,
y saber de certeza aprendida.
Cuando siento tu voz y tu risa,
reflexiono si existes realmente,
¿qué otra cosa podré contestarme?
cuando digo tu nombre… ¡me sabe a poesía!
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